Grupo Guayacán

Nuestra Universidad aporta

Rodolfo Romañach Profesor Universitario
El Nuevo Día

En nuestra Universidad trabajamos junto a la industria farmacéutica para crear y retener empleos en Puerto Rico. Adiestramos a las juanas, tarzanes y gallitos que lograron que la FDA aprobara la planta de manufactura continua más innovadora del mundo, creando y reteniendo empleos en Puerto Rico.

En nuestra Universidad adiestramos a los jóvenes profesionales que pronto lograrán la aprobación de una segunda moderna planta de manufactura continua en Carolina. Varios profesores de nuestro Recinto Universitario de Mayagüez (RUM) han desarrollado a estos jóvenes profesionales a través de proyectos de investigación que existen en muy pocas universidades.

En nuestra Universidad, la especialización no es suficiente; la educación en las Humanidades, las destrezas de comunicación y el trabajo en equipo también son esenciales.

En nuestra Universidad tenemos tres profesores jóvenes que están comenzando su carrera y desarrollando sus programas de investigación dedicados a crear nuevas tecnologías de manufactura farmacéutica. Ellos están superando los “no hay dinero, no podemos ayudarles” para desarrollar su investigación e introducir a cerca de 25 estudiantes a la investigación y ciencias farmacéuticas.

En nuestra Universidad, el programa de Biotecnología Industrial del RUM ha sido clave para lograr miles de empleos en esta industria en Puerto Rico. En el RUM tenemos Amgen Bio-Talents que también introduce a jóvenes de otros recintos y universidades a la biotecnología.

En nuestra Universidad hemos obtenido fondos en el programa “Small Business Innovation Research” de la National Science Foundation para desarrollar nuevas empresas en Puerto Rico y crear más empleos. Esto lo logramos con el apoyo del grupo Guayacán, el Fideicomiso para Ciencia Tecnología e Investigación, y el Centro de Negocios en el RUM.

En nuestra Universidad tenemos muchos profesores dedicados, luchando contra la adversidad y burocracia para atraer decenas de millones de dólares en fondos federales e industriales que impactan nuestra economía, ayudan a desarrollar nuestros recursos humanos, nuestra industria, la agricultura y el comercio.

En nuestra Universidad, tenemos estos logros y muchos más con la mitad de salario que recibiríamos en los Estados Unidos, y con el doble de satisfacción.

A pesar de esto, en nuestra Universidad cada día es más difícil hacer investigación y desarrollar los recursos humanos especializados que requiere la “economía del conocimiento”. Se nos hace difícil lograr acuerdos legales para colaboración con la industria farmacéutica, entre otras, por los reglamentos obsoletos que la Oficina del Contralor nos impone. Frecuentemente, el tiempo necesario para llenar formularios y obtener firmas de aprobación es mayor al tiempo dedicado a la innovación, la educación y al adelanto de las ciencias y la tecnología. Un profesor de química recibe cien veces menos dinero en Puerto Rico que lo que recibiría en Estados Unidos para poder establecer su laboratorio especializado de investigación, a causa de la burocracia y la centralización excesiva que desperdicia nuestros recursos.

En nuestra Universidad podemos reducir la burocracia excesiva y así traer más fondos para la investigación con propuestas a la industria y gobierno federal. No podemos mejorar la Universidad manteniendo los mismos procesos ineficientes y defendiendo reglamentos obsoletos. No puede haber desarrollo económico si no reformamos y fortalecemos nuestra Universidad.

En nuestra Universidad necesitamos inventar maneras de protestar sin cerrar los portones y privar a miles del acceso a la Universidad.

En nuestra Universidad tenemos muchos diamantes que queremos pulir como los profesionales que Puerto Rico necesita y que son preferidos por muchas industrias a nivel nacional y mundial.

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