La empresa Álvarez-Díaz & Villalón se convirtió en la primera firma puertorriqueña de arquitectura y diseño en ganar una certificación B Corp.
Hace más de dos décadas, el arquitecto Ricardo Álvarez Díaz regresó a la isla para establecer su propia compañía y ofrecer sus servicios al mundo desde sus instalaciones en Borinquen. Así rompió todo pronóstico, pues su llegada al país se dio en medio de una incertidumbre económica a nivel local, pero su amor por la patria fue el motor que lo impulsó a instalarse en Puerto Rico tras ocho años de vivir y trabajar en suelo norteamericano.
Desde entonces, el profesional oriundo de Santurce ha demostrado que apostar a la isla fue su mejor elección, logrando cosechar una serie de reconocimientos que colocan a la firma Álvarez-Díaz & Villalón entre las primeras 150 compañías de arquitectura e ingeniería con mayor relevancia en los Estados Unidos.
No solo eso, la empresa -propiedad de Álvarez Díaz y su esposa, Cristina Villalón- se convirtió en la primera firma puertorriqueña de arquitectura y diseño en obtener la certificación B Corp., al cumplir “con los estándares más altos en temas de sostenibilidad, impacto social, medio ambiente, transparencia y legalidad”.
De acuerdo con el arquitecto boricua, el reconocimiento otorgado por la red sin fines de lucro B Lab, “es una certificación de un proceso bien riguroso que toma aproximadamente dos años para poder certificarte como una compañía que está enfocada en servicios, que no solamente es hacer dinero sino hacer un impacto positivo en la humanidad”.
“Entre los requerimientos que solicitan, es transparencia en todas sus finanzas, como si fuera una compañía pública. Nosotros tomamos la decisión de poder servir también como un ejemplo de que, como compañía, uno tiene una obligación de no solamente de hacer dinero, sino también de impactar positivamente la comunidad y la sociedad”, apuntó el empresario de 50 años.
“Somos la única firma puertorriqueña que tiene esa certificación de arquitectura. En el mundo entero, hay 8,000 compañías que están certificadas. Aquí (Puerto Rico) solamente hay tres, si uno sirve de ejemplo de que la compañía tiene una obligación social y comunitaria más allá de hacer dinero, entonces, otras compañías pueden decir que eso se puede hacer y se debe hacer”, sostuvo.
La firma del matrimonio Álvarez Villalón surgió en 2001. El arquitecto cursó estudios en la Universidad de Notre Dame, en Indiana, y trabajó con la reconocida firma Robert A.M. Stern en Nueva York. Tenía 26 años cuando regresó a Puerto Rico.
“La realidad es que me di cuenta de que, si yo había tenido esa oportunidad educativa, conocer tantas cosas, yo tenía la obligación de regresar a Puerto Rico para poder ejercerlo. Abrí una oficina pequeña en 2001 y en el 2004, me casé con mi esposa, Cristina Villalón, diseñadora de interior”, relató el hijo de Ricardo Álvarez y Helen Díaz
Además de su base en Puerto Rico, la empresa cuenta con oficinas en Miami, Florida y la ciudad de Nueva York.
“Tomé la decisión de regresar a Puerto Rico luego de trabajar por muchos años fuera, pero la razón de mi regreso fue una razón emocional, no fue profesional. Regresé porque sentía que mis raíces eran de Puerto Rico, que mi familia vivía en Puerto Rico y que quería tener la oportunidad de desarrollarme aquí y desarrollar una familia en la isla”, insistió el también padre de tres hijas.
“No tomé la decisión desde el punto de vista profesional porque en realidad, en la arquitectura como profesión en Puerto Rico, no necesariamente existen las mismas oportunidades que tenía fuera de Puerto Rico, desde el punto de vista económico”, aclaró.
Por otro lado, resaltó la importancia del desarrollo de su compañía en suelo borincano, cuya operación genera 42 empleos directos y cerca de 70 empleos indirectos, “entre las tres oficinas”.
“Lo hice al revés de lo que tal vez hacen otras personas que crean sus compañías en Estados Unidos y luego, vienen a Puerto Rico. Nosotros desarrollamos la compañía y es la compañía más grande de diseño de interiores en Puerto Rico y el Caribe, y luego de eso fue que decidimos empezar a exportar formalmente gracias al decreto de exportación”, manifestó haciendo referencia al trato contributivo que concede a las empresas establecidas en la isla una tasa de 4% sobre los ingresos devengados por la exportación de servicios.
“Nosotros hemos crecido grandemente los ‘headquarters’ en San Juan. Lo que hemos hecho con oficinas como Miami y Nueva York, es servir como oficinas satélites que le dan apoyo al esfuerzo que es de Puerto Rico. Todos los diseños y todo sale de acá, de un grupo de profesionales puertorriqueños. En vez de ser del mundo a Puerto Rico, es de Puerto Rico al mundo”, expresó.
Junte Boricua
A solo semanas de comenzar la iniciativa del Junte Boricua, Álvarez Díaz instó a los boricuas en la diáspora a visitar el archipiélago y a sus respectivas familias.
“Lo mejor que puede hacer una persona es físicamente visitar, porque una vez visita, va a sentir lo que no puede ver en fotografías que es el calor humano, el amor a la cultura local, su comida, su gente. El mejor activo que tiene Puerto Rico, por mucho, es su gente”, apuntó.
“Reconectar con su gente y sus familiares, creo que va a ser una experiencia emocionante. Inclusive, me encantaría que la meta mayor es que las personas, luego de visitar, no le tengan miedo a no solamente reconectar emocionalmente, sino a tomar la decisión de regresar a su isla”, concluyó.
As originally reported by: El Nuevo Día