La industria de los pequeños rumiantes o mamíferos que se alimentan de vegetales o pasto —como son las ovejas y cabras— es una alternativa de desarrollo empresarial y de sustentabilidad alimentaria que está creciendo en Estados Unidos y Canadá, y la Isla comienza a incursionar en el renglón a través de la agroempresaria María Teresa Urrutia, presidenta de Urrutia Foods Inc., que elabora el queso de cabra Lucía.
Urrutia maneja la Hacienda Renacer en Juncos, con 135 cabras que producen la leche para el queso que es el resultado de su propia receta, desarrollada luego de que varios chefs lo degustaran y le dieran su opinión.
“Llegamos a la conclusión de que teníamos que crear un queso suave para el paladar del boricua, que no está tan acostumbrado a este sabor; es como un queso crema. La mayoría de los restaurantes de la Isla que tienen platos con queso de cabra —como pizzas o raviolis— me lo compran y está en todas las grandes cadenas de supermercados”, resaltó sobre el alimento que produce en la finca familiar.
El negocio de trabajar con los rumiantes tiene ciertos beneficios y según explicó se extiende a diferentes países que están comenzando a mirar y trabajar este sector alimentario.
“Hay un movimiento de crecimiento a nivel de Latinoamérica porque es un negocio más viable, por darse en fincas pequeñas. Es más difícil trabajar las fincas de mayor tamaño como las vaquerías. Lo bueno de la pandemia (de covid-19) ha sido que los agricultores de diferentes países nos hemos entrelazado, comunicándonos de manera virtual. Esto no hubiera pasado, si no hubiéramos tenido la necesidad. Ahora compartimos ideas”, declaró.
La empresaria será parte del congreso virtual Los pequeños rumiantes y su importancia en la seguridad alimentaria, el desarrollo rural y emprendimiento, con participantes de México, Centroamérica y el Caribe.
El próximo 23 de abril, Urrutia hablará sobre el desarrollo empresarial caprino junto a ponentes de Nicaragua, Honduras y de Guatemala.
Cambio en el consumidor
Según Urrutia, aunque hay muchas oportunidades en Puerto Rico en el sector de la agricultura, —que entiende es necesario ampliar para aumentar la sustentabilidad alimentaria—, hay un factor cultural que hace muy difícil el crecimiento de los productos que se elaboran en la Isla.
“El consumo de queso de cabra era 100% importado en Puerto Rico y busqué desplazar esa importación por un producto local en las góndolas, lo que fue un reto por el alto costo de producción. El consumidor no ha llegado a entender que es importante consumir lo de aquí, porque eso le inyecta capital al País”, argumentó.
Esta situación, explicó, hace que muchas personas no decidan confeccionar productos en Puerto Rico porque consideran que será difícil la venta si hay productos extranjeros de bajo costo.
“La gente decide comprar más barato y de menos calidad. Por ejemplo, mi queso es de una cabrita ordeñada unos días antes de salir el producto y el que viene de Francia lleva más de un mes empacado. Hay que elegir lo local primero. No es que no haya los productos, es que no se venden y entonces piensan que para qué lo van a cultivar. Prefieren trabajar en otra cosa y no meterle el pecho a la agricultura. A veces los supermercados no están dispuestos a pagar lo que vale sembrar”, enfatizó la agroempresaria, quien proyecta añadir a la empresa productos como yogurt y quesos de diferentes sabores.
As originally reported by: El Vocero