El Poder Del Capital Privado

Grupo Guayacán habla sobre su incansable tarea de ayudar a Puerto Rico a alcanzar un desarollo económico sostenible

Revista Negocios, El Nuevo Día
Por Marian Diaz
mdiaz1@elnuevodia.com

El guayacán es un árbol que crece en las regiones neotropicales de América, de tronco fuerte y considerado una de las maderas más duras y resistentes del continente americano. En el refranero popular, se hace referencia al guayacán cuando se quiere enaltecer la fortaleza y longevidad de alguien, como cuando se dice “viejo, pero fuerte como un guayacán”. No obstante, Guayacán es también el nombre de una organización sin fines de lucro que nació en la última década del siglo pasado con el compromiso de convertirse, al igual que el árbol del que toma su nombre, en una institución fuerte, sólida y de larga vida. Su norte fue forjar una industria de capital privado en el País y apoyar el crecimiento de la clase empresarial nativa, para que esta tuviera la capacidad de comercializar sus productos y servicios, en y fuera de la Isla. Con ello, Puerto Rico se encaminaría a lograr un desarrollo económico sostenido.

De esa gesta han transcurrido 19 años y este pasado jueves, 24 Grupo Guayacán, Inc. (GGI) celebró la inauguración de sus nuevas oficinas, localizadas en la Milla de Oro en Hato Rey. El nuevo espacio, que cuenta con casi 3,000 pies cuadrados, marca su regreso a dónde todo comenzó, ya que ubica en el edificio World Plaza (antiguo Westernbank World Plaza), donde estuvieron las primeras oficinas de Guayacán en el 1996. Previo al evento de inauguración, Negocios
entrevistó a Laura Cantero, directora ejecutiva de GGI y a Gabriela Álvarez, gerente de Desarrollo Estratégico, para que
nos hablaran de cómo la entidad ha crecido y evolucionado a lo largo de casi dos décadas, los fondos que ha levantado, cuál ha sido su impacto en el entorno empresarial y económico; así como los planes que tienen de cara al futuro.

Desde su fundación, GGI ha invertido casi $14 millones en programas de desarrollo empresarial para los emprendedores locales, aseveró Cantero. Ese dinero proviene de los ingresos generados por el manejo de la familia de fondos de Grupo Guayacán, los cuales se reinvierten en su totalidad en actividades de desarrollo empresarial y para fomentar la industria de capital privado en Puerto Rico. Guayacán cobra 1% sobre el total del capital invertido, indicó Álvarez, monto que se divide a partes iguales con la firma Abbott Capital, que los asesora en las inversiones. A diferencia de otras entidades que dan apoyo a los empresarios, esos fondos son la fuente primaria para celebrar los programas de capacitación empresarial que organiza GGI.

En el año 2004, dichos esfuerzos se formalizaron a través del lanzamiento del Guayacán Center for Global Entrepreneurship and Private Equity. Esta entidad local se dedica a promover y desarrollar un ambiente de negocios dinámico, que fomente y permita el desarrollo de emprendedores de clase mundial, acompañado de un mercado robusto de capital privado. “El lanzamiento del Guayacán Center consolidó la agenda programática del Grupo, uniendo esfuerzos para impulsar el desarrollo de empresas puertorriqueñas con alcance global”, comentó Cantero. La visión de GGI está cimentada en que Puerto Rico puede alcanzar un desarrollo económico sostenible, si invierte en las empresas locales, de modo que crezcan y se conviertan en compañías sólidas, con presencia en y fuera de la Isla. Esta idea surgió en una época en que el País apostaba a la promoción industrial que venía del exterior. Había más capital y el dinero circulaba en mayores cantidades en la economía. Precisamente, el 1996 fue también el año en que el Congreso federal anunció el principio del fin de la sección 936, que era en aquel entonces el motor económico de Puerto Rico y que expiró 10 años después.

INICIOS. El fundador de Guayacán fue el joven visionario Enrique “Ricky” Adsuar González. En 1993 mientras era ayudante especial del presidente del Banco Gubernamental de Fomento (BGF), Marcos Rodríguez-Ema, Adsuar lideró un esfuerzo que resultó en que el BGF comisionara un estudio detallado sobre el mercado de capital en Puerto Rico. El estudio, Puerto Rican Capital Markets:

Recommendations for Their Expansion, lo preparó la firma internacional Arthur D. Little y los economistas Joaquín Villamil, de Estudios Técnicos, y William Lockwood y se presentó a la directiva del BGF en el 1994. Entre otros aspectos, el estudio validó la visión de Adsuar sobre la importancia que tenía para Puerto Rico el estimular la industria de capital privado como segmento clave de los mercados capitales locales. “Esta validación permitió que Adsuar convenciera al liderato del Banco de invertir en la creación de Grupo Guayacán, Inc. como plataforma sin fines de lucro para el desarrollo de la industria de ‘private equity’ local”, dijo Cantero.

Pese a que el esfuerzo de crear GGI se impulsó desde el sector gubernamental, desde el primer día la junta y su administración ha estado predominantemente en manos del sector privado. Esta independencia, según las entrevistadas, ha sido uno de los factores claves que ha permitido la continuidad del esfuerzo por 19 años, trascendiendo los ciclos políticos y convirtiendo a Guayacán en una entidad sin fines de lucro independiente y sólida.

GGI tuvo como una de sus primeras metas el crear un vehículo diversificado de capital privado. “El estudio de Arthur D. Little concluyó que no había un mercado de capital de riesgo local. En la Isla no había esa experiencia, más allá de invertir en bonos y acciones en el mercado, se desconocía cómo era eso de invertir en empresas privadas”, expresó la directora ejecutiva de GGI.

El objetivo con la creación del fondo era lograr que los inversionistas institucionales en Puerto Rico, comenzaran a familiarizarse con esta clase de inversiones, de manera que estuvieran en mayor disposición de invertir en fondos de capital privado locales, los que a su vez realizarían inversiones directas en empresas en Puerto Rico, apoyando así a su desarrollo y crecimiento.

Para ello, Adsuar, quien murió prematuramente el mismo año que nació GGI, estableció una alianza con Abbott Capital Management, una firma en Nueva York especializada en el manejo de este tipo de instrumentos. GGI fungió como Socio General a cargo del manejo y administración del vehículo, mientras que Abbott era el asesor de inversiones. El vehículo se estructuró como un fondo de fondos, e invertía solo en fondos de capital privado.

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