Di Amalfi, nueva fábrica de pastas y productos al estilo italiano en Mayagüez

La propiedad, que administra una joven pareja, manufactura pastas, salsas y panes para hoteles, restaurantes y supermercados en toda la isla

Con la intención de aumentar la producción de alimentos elaborados localmente, la empresa Di Amalfi recién expandió sus operaciones en Mayagüez, desde donde manufactura pastas artesanales, salsas y panes, entre otros productos inspirados en la gastronomía italiana.

La fábrica es propiedad de Gabriel Hernández Dros y su pareja, Bianca Hernández, quienes empezaron el negocio en noviembre de 2020 en un pequeño espacio en la Sultana del Oeste.

“Pensábamos que iba a ser una tienda de pastas frescas hasta que nos dimos cuenta que teníamos que evolucionar a ser una fábrica”, dijo la copropietaria en entrevista con El Nuevo Día.

La nueva planta está en la calle San Vicente, detrás de la plaza del mercado, opera de lunes a sábado y genera seis empleos directos. En los pasados tres años, la pareja ha invertido $700,000 aproximadamente en la expansión del negocio.

Di Amalfi manufactura una veintena de variedades de pastas como espaguetis, fetuccini, penne, linguine, pappardelle, mafaldine, bucatini, lumache y raviolis. Cada semana, la producción es diferente, según los pedidos que reciben de la clientela a través de su catálogo digital. “La maquinaria tiene capacidad de producir hasta 250 libras de pasta por hora”, indicó la codueña, quien está a cargo del área de producción.

La empresa distribuye su línea de productos a restaurantes, hoteles y cadenas de supermercados a través de toda la isla. Entre ellos figuran: La Hacienda Foods, Freshmart, siete Supermax en el área metropolitana –desde Dorado hasta Caguas-, Econo Base Ramey Aguadilla y FamCoop de Aguada y Rincón. Otros clientes de Di Amalfi son: el restaurante Ariel, en Miramar, Flora, en Aguadilla y los hoteles Copamarina, en Guánica, Villa Montaña, en Isabela, Dorado Beach Ritz Carlton, y Royal Isabela.

El dúo ha ido desarrollando y puliendo sus destrezas empresariales participando en los eventos del Grupo Guayacán y del Rising Entrepreneur Program (REP) de 2023 de Bravo Family Foundation.

En ambos programas, Di Amalfi ha estado entre los ganadores y como premio, sus fundadores han obtenido dinero que han reinvertido en el negocio.

Hernández Dros se graduó de Contabilidad y Finanzas de la Universidad de Puerto Rico (UPR) en Aguadilla y desde pequeño, ha estado ligado a los negocios. Su progenitor, Ariel Hernández, es el fundador del icónico El Garabato, el pub favorito de los universitarios en la Sultana del Oeste y que se mantuvo abierto por más de 40 años, desde 1977 hasta su cierre en 2018.

Sobre su paso por REP, el entrevistado indicó que el programa les enseñó a cómo preparar el negocio para llevarlo a otro nivel. “Es una universidad empresarial, nos dio el conocimiento para mejorarlo y hacerlo crecer, de una manera rentable”. Agregó que gracias al REP, pudieron mejorar los costos operacionales, incrementaron la producción, aumentaron el personal y los equipos, trabajaron con estrategias de venta y ampliaron la distribución.

¿Cómo surgió la idea del negocio?

Bianca contó que fue en la Madre Patria, mientras ella y su pareja cursaban una temporada de estudios, que descubrieron su fascinación por las pastas frescas. “En España se come fresco y tuvimos la oportunidad de vivir esa experiencia y ahí nos enamoramos de la pasta”, dijo la entrevistada, quien tiene un bachillerato en Sicología de la UPR en Mayagüez y una maestría en Sicogerontología (sicología de adultos mayores) de la Universidad de Salamanca.

Antes de regresar a Puerto Rico, hicieron un viaje a Nápoles y a la costa amalfitana, en el sur de Italia, donde aprendieron a elaborar las pastas frescas con una familia de la zona.

Pocos meses después de su llegada a Puerto Rico, comenzó la pandemia del Covid-19. Para ese entonces, a Bianca se le hizo difícil obtener un empleo relacionado al campo de la Sicología. Su pareja le regaló una máquina de hacer fetuccinis y ella empezó a subir vídeos en las redes sociales sobre el proceso de elaboración de la pasta.

La gente comenzó a pedirle el producto. El dúo no desaprovechó la oportunidad, y de inmediato, crearon una página bajo el nombre Di Amalfi –el lugar dónde aprendieron a confeccionar las pastas- y diseñaron una ruta con cinco puntos de entregas, entre Aguadilla y Cabo Rojo. “Las vendíamos en cajitas de media libra, que todavía así las vendemos en los supermercados, y que da para dos o tres personas”, recordó la co-propietaria. En ese momento, trabajaban desde la casa de los padres de Gabriel.

En noviembre de 2020, oficializaron la inscripción del negocio y alquilaron un espacio de unos 400 pies cuadrados para la producción. En meses recientes, se mudaron a un espacio 10 veces más grande. “La acogida ha sido increíble. En Puerto Rico, no hay oportunidad de conseguir mucha comida fresca y creemos que es una súper oportunidad”, el vender pastas artesanales recién hechas, resaltó la entrevistada.

Las pastas Di Amalfi son frescas, no contienen aditivos. Están en la sección de congelados de los supermercados. Se cocinan en solo cinco minutos, enfatizó la empresaria.

Nueva sección: Pasta Shop

Hace un mes, Di Amalfi inauguró un área de venta al detal, denominado Pasta Shop, en la parte frontal de la fábrica. Allí los consumidores pueden adquirir pastas artesanales frescas y una variedad de otros platos, como raviolis rellenos de setas o de ropa vieja, lasaña, canelones rellenos de pollo o de salchicha italiana, pan focaccia, ñoquis de malanga, de plátano maduro o de guineos para un sabor apastelado, todos ellos, sin cocinar.

Además, tienen a la venta salsas preparadas en la misma fábrica para acompañar las pastas, postres artesanales, y otros productos italianos como quesos, jamones y aceites. La tienda opera de 10:00 a.m. a 6:00 p.m. de martes a sábados. Su página web es www.diamalfipr.com.

“Tenemos unas ganas gigantes de crecer”, manifestó la copropietaria de Di Amalfi, quien señaló que el desafío mayor que tienen es educar al consumidor sobre lo que es un producto “fresh frozen” (congelado fresco), como los de Di Amalfi.

Agregó que esa es la mejor manera de mantener la frescura y calidad, sin añadirle preservativos.

As originally reported by: El Nuevo Día