Como educadores y amantes de los libros, Gianleé Márquez y Juan Carlos Acevedo querían inculcar el amor por la lectura en los niños. Por eso comenzaron a reunirse con grupos pequeños de niños en los fines de semana para leer. En poco tiempo, el espacio que usaban se quedó pequeño y empezaron a usar diferentes localidades para los encuentros de lectura, incluidos espacios al aire libre, como el Parque Luis Muñoz Marín. Así fue como nació la organización sin fines de lucro ¡Lee Conmigo!, un espacio educativo y exclusivo para fomentar la lectura en nuestros niños.
Sin embargo, sobrevino una pandemia que nos obligó a todos a quedarnos en la casa. Sin imaginarlo, los maestros de Montessori estaban a punto de ser testigos de un giro dramático en lo que hasta entonces hacían sencillamente por amor a la lectura. Los encuentros de lectura se trasladaron a salas virtuales y conectaron a miles de niños y padres agradecidos a través de Facebook. Así fue como ¡Lee Conmigo! se convirtió en un oasis para familias que debían mantener a sus pequeños en la casa mientras se enfrentaba la emergencia de salud con la que todavía estamos batallando.
El crecimiento de ¡Lee Conmigo! llevó a los maestros a ver su proyecto como algo más grande de lo que habían pensado. De esta forma, llegaron a Guayacán y abrieron los ojos a cosas que no se habían planteado, incluido visualizar el proyecto como una entidad empresarial para poder reconocer su valor y hacerla sostenible. “Se transformó nuestra perspectiva. Lo más importante de la educación empresarial para nosotros como educadores fue poder entender la organización como una empresa”, explica Gianleé, quien ha reconocido que tuvieron que internalizar que ser una organización sin fines de lucro no impide que generen ingresos para sostener sus operaciones. Igualmente, entendieron la importancia de conectar con otros emprendedores y trabajar en colaboración. “Guayacán nos ayudó a conectar con otras organizaciones que no se hubieran enterado de que nosotros existimos, así que ha sido la oportunidad de crear ese network del que tanto se habla. Te permite encontrarte con otras personas iguales que tú”, revela la educadora.
Ahora ¡Lee Conmigo! tiene estructura, un plan de desarrollo y diversas maneras mediante las que sus creadores cumplen con la misión que atesoran. “Hemos retomado los encuentros presenciales, pero combinándolos con eventos de lectura virtuales”. Mientras tanto, se preparan para dar su próximo paso: “Después de la competencia EnterPRize hemos comenzado la búsqueda de la casa de ¡Lee Conmigo!, que será nuestra sede principal”.
Gianleé afirma convencida que hay que respaldar la misión de Guayacán, ya que realmente es apoyar a la comunidad empresarial emergente. “Tener esa experiencia es abrir un mundo de posibilidad y oportunidad para muchos empresarios y empresarias, ya que son pocos los espacios como ese a los que puedes acudir para adquirir herramientas que permitan lograr un sueño. Sales con mucho más de lo que tenías cuando llegaste”.
Así fue como dos maestros amantes de la lectura convirtieron una misión personal y muy cercana a su corazón en un proyecto de vida para tocar miles de mentes ávidas de descubrir el universo de los libros. Para lograrlo, tuvieron que aprender a leer lo que tenían en sus manos, más allá de lo que veían a simple vista. Por eso, según Gianleé, la educación empresarial representa poder hacer una apuesta al futuro. Respaldar los programas que ofrecen esa educación es apoyar esa apuesta, que es, a su vez, prometedora y esperanzadora.