El Nuevo Día
Gerardo E. Alvarado León
galvarado@elnuevodia.com
Twitter: @GAlvarado_END
Advierten que la temporada que comienza en septiembre será intensa debido a la humedad que traerá La Niña Instan a pacientes de asma y otras condiciones a vigilar niveles a diario
Ante pronósticos meteorológicos que vislumbran el retorno del fenómeno La Niña para el último trimestre del año, todo apunta a que la temporada de esporas de hongos que inicia en septiembre será particularmente intensa.
La Niña, que ocurre cuando las aguas del océano Pacífico cercanas a la línea del ecuador se enfrían, en el Caribe se manifiesta con un aumento en la actividad ciclónica y en los patrones de humedad.
Y, precisamente, la humedad es el factor más importante para la liberación de esporas de hongos.
“Cuando hay humedad las esporas se liberan mucho más abundantemente que en ambiente seco. Hay una relación muy directa entre la precipitación y los niveles de esporas”, indicó el doctor Benjamín Bolaños, catedrático asociado del Departamento de Microbiología de la Escuela de Medicina del Recinto de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico (RCM-UPR).
ALERTA ROJA. Bolaños dirige la estación de San Juan del Negociado Nacional de Alergias de la Academia Americana de Alergia, Asma e Inmunología (NAB-AAAAI, en inglés), establecida en mayo de 2005. Desde allí se miden –“con una frecuencia 24/7”– los niveles de esporas y polen presentes en el aire.
Según contó, el mes pasado y en lo que va de agosto se han reportado varios días de alerta roja debido a los altos niveles de esporas de hongos. El más reciente de estos eventos ocurrió ayer, sábado.
Bolaños tildó de inusuales estos eventos, ya que los altos niveles suelen reportarse a partir de septiembre, cuando oficialmente inicia la temporada de esporas.
“Estos niveles de julio y agosto no los habíamos observado previamente. Pero en este 2016 ha llovido más de lo usual, y en base a esas lluvias que hemos tenido, sumadas a las que se esperan para lo que queda de año, es que esperamos una temporada intensa de hongos”, dijo.
“La temporada de esporas de hongos típicamente empieza en septiembre y se extiende hasta noviembre, lo que la hace coincidir con la época de lluvia en Puerto Rico. Pero estos eventos de julio y agosto nos pueden hacer pensar que la temporada inició más temprano”, agregó.
Bolaños contó que, en lo que se presume que es un efecto del cambio climático, las temporadas de alérgenos en Estados Unidos se están reportando más temprano de lo usual. Se producen rápidamente después del invierno, duran más tiempo y los niveles en el aire son más altos.
Sobre Puerto Rico, señaló que los datos recogidos desde 2005 en la estación de San Juan del NAB-AAAAI reflejan un aumento en los niveles de esporas año a año. Estos datos están próximos a publicarse en un artículo científico.
VULNERABLES. Bolaños, quien también dirige el Laboratorio de Micología del RCM-UPR, expuso que el principal efecto de una temporada de esporas de hongos intensa es sobre la salud pública. “Se disparan los casos de asma, sobre todo en niños, se llenan las salas de emergencia y la mayor hospitalización de niños por asma se da en esa época”, afirmó. Aparte de las alergias y asma, también “se disparan” los problemas de rinitis alérgica y conjuntivitis alérgica, así como de enfisema y enfermedad pulmonar obstructiva crónica (COPD, en inglés). “El asma es una enfermedad de muy alta prevalencia en Puerto Rico, por lo que esta es una excelente oportunidad para mejorar su manejo, que resulta muy costoso. Hay que manejar el asma basado en los calendarios de esporas de hongos, de tal manera que los pacientes puedan estar controlados con el uso de medicamentos”, dijo Bolaños.
Destacó que “lamentablemente” no hay manera de evitar la exposición a las esporas, toda vez que se trata de un proceso natural, pero la situación puede manejarse con dos acciones principales: estar medicados en la temporada y usar un purificador de aire en el cuarto al dormir.
IMPACTO ECONÓMICO. No existen estadísticas que precisen el costo del manejo del asma en Puerto Rico.
En Estados Unidos, sin embargo, la cifra asciende a $57,000 millones anuales, indicó Bolaños, tras reconocer que una temporada de esporas de hongos intensa supone un impacto económico adverso.
“Estoy seguro que en Puerto Rico el costo (del manejo del asma) debe ser exorbitante, pero si logramos controlar la condición, podemos disminuirlo. El uso de medicamentos, la sobreutilización de las salas de emergencia y las hospitalizaciones por asma son algunos de los factores que inciden en el costo”, dijo.
“El impacto mayor es la pérdida de calidad de vida del paciente, que no puede dormir bien y no puede ir a la escuela o el trabajo. Si se trata de niños, la carga para los padres es mayor, pues muchas veces no pueden ir a trabajar para quedarse en la casa cuidándolos. Es un efecto en cadena”, agregó Bolaños.
Tras indicar que los niveles de esporas suelen ser más abundantes en la madrugada debido a los altos niveles de humedad, Bolaños instó a los ciudadanos a mantenerse informados consultando la estación de San Juan del NAB-AAAAI en la dirección www.aaaai.org/nab. También pueden obtener más información visitando el perfil “Alergia a Hongos” en la red social Facebook.
“Tenemos una estación única en Puerto Rico al servicio de todos los ciudadanos”, concluyó.
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