Olga Iglesias Project busca educar y dar vida a la música lírica en la isla

El talento y la tradición que existe en Puerto Rico en el campo de la música lírica ha sido evidente por siglos -basta solo pensar en nuestro legendario Antonio Paoli- pero la continuidad de esta manifestación cultural se muestra frágil, y si no se le pone atención corre el riesgo de mermar. Un factor podría ser que nuestra música popular es fuera de toda duda muy atractiva, por lo que llama la atención al punto de dominar a nivel mundial. Sin embargo, a pesar de esto, en la actualidad se levanta una nueva cepa de cantantes líricos jóvenes isleños con ganas de triunfar, y que buscan abrirse a nivel local, pero con miras a la escena internacional.

Para estos artistas, los primeros años de carrera son sumamente complicados luego de graduarse de instituciones educativas, como sería el Conservatorio de Música de Puerto Rico, por la falta de exposición y de contactos dentro de un mundo musical que se mueve más allá de nuestras costas. Personas o instituciones con la visión y los recursos para apostar por servirles de apoyo no existen muchas.

Con esto en mente se fundó el Olga Iglesias Project, una organización sin fines de lucro creada en el 2020 por Anthony Cheney Guzmán, nieto de la fenecida soprano puertorriqueña que brilló con su voz en la década de1960 y 1970 y que se presentó en los más importantes escenarios en el mundo.

Esta organización ha tenido, desde su fundación, la misión de avanzar el legado puertorriqueño en la música clásica a través de educación, los medios digitales y el patrocinio de artistas, donde las personas pueden ver vídeos de la historia de Iglesias y de otros relacionados con el canto lírico.

En los tres años de fundado, el Olga Iglesias Project ya ha becado a tres cantantes puertorriqueños, el tenor Jehú Otero y las sopranos Shelzie Ramos y Lucila Zavala. Como ganadores de las becas, los tres recibieron entrenamiento individual de canto, sesiones individuales de mentoría, oportunidades para presentaciones en vivo y patrocinio financiero.

Anthony Cheney Guzmán, fundador y director ejecutivo del Olga Iglesias Project.
Anthony Cheney Guzmán, fundador y director ejecutivo del Olga Iglesias Project. (VANESSA SERRA DIAZ)

Noche de Zarzuela

Recientemente, como parte del compromiso de promover la educación musical, se llevó a cabo una “Noche de Zarzuela”, en Casa de España, en el Viejo San Juan, donde Otero, Ramos y Zavala, junto al tenor invitado, Christian García, y al pianista Ernesto Busigó, realizaron un viaje a través de las canciones de este género de origen ibérico. El evento contó con la presencia del Cónsul General de España, Josep María Bosch Bessa. “Lo bonito de esta presentación es que es una coyuntura entre la cultura puertorriqueña y la española, por lo que Pablo Casals trajo a Puerto Rico de España y lo que mi abuela realizó junto a él”, destacó Cheney Guzmán.

Durante la velada, los presentes pudieron sentir y escuchar las prodigiosas voces de estos jóvenes, que fluctúan entre los 23 a 32 años, al interpretar temas como “La verbena de la paloma”, “Yo quiero un hombre”, “De España vengo” y “Granada”, entre otros.

Además de la exposición que tienen en las presentaciones, estos cantantes también participan de la parte educativa que lleva a cabo la fundación, dando charlas y presentaciones en distintas comunidades a través de Puerto Rico. “El Olga Iglesias Project nos da trabajo, pero también nos permite educar a la próxima generación de jóvenes, para instruirlos en la música. Realmente esto es una gestión cultural y tiene una misión de comunicar y llevar un buen mensaje a través de las artes”, explicó Lucila Zavala, quien es egresada de la Escuela Libre de Música de San Juan y del Conservatorio de Música de Puerto Rico, al igual que los otros tres cantantes líricos. “A nosotros nos gusta que venga todo tipo de público, por eso nosotros vamos a las comunidades y nos gusta llevarles la música a niños y adultos, a quien sea”.

Para el tenor Christian García, quien a pesar de no haber sido becado por la fundación participa como músico comunitario y también da charlas educativas, este tipo de talleres es necesario e importante. “Esta organización está haciendo un trabajo necesario para el desarrollo de la música en la isla porque, además de darnos la oportunidad de comunicar y conectar con el público, en las presentaciones que damos, el repertorio que se interpreta es uno puertorriqueño en su totalidad”, añadió García, quien participó recientemente en la zarzuela “La corte del faraón”. “Además, actualmente hay una gran laguna en la comunidad y en los jóvenes en relación con lo que es la música clásica y el canto lírico, y esto es una gran oportunidad para rellenarla y crear interés en estas nuevas generaciones”.

De izquierda a derecha los cantantes de música lírica Jehú Otero, Shelzie Ramos, Christian García y Lucila Zavala.
De izquierda a derecha los cantantes de música lírica Jehú Otero, Shelzie Ramos, Christian García y Lucila Zavala. (VANESSA SERRA DIAZ)

Beneficios para los becados

Otro de los beneficios directos que otorga el Olga Iglesias Project a los jóvenes cantantes que han becado hasta el momento, es recibir clases privadas con el respetado maestro de canto Jason Ferrante, además de asesoría profesional con la puertorriqueña Ana de Archuleta, principal oficial ejecutiva de la agencia de talento operático ADA.

“El hecho de que seamos cantantes jóvenes y que todos aquí presentes seamos egresados del Conservatorio de Música, implica que es muy importante tener conexiones dentro de la industria de la música para poder crecer”, mencionó Shelzie Ramos, quien ha sido becada por dos años consecutivos en el Olga Iglesias Project. “Esta organización ha logrado conectarnos con el ambiente musical en esta carrera y ya se nota, en los trabajos, festivales o concursos en los que hemos o vamos a participar en los próximos meses”.

En el caso de Jehú Otero, fue contratado recientemente como artista residente en el Utah Opera, donde participará en la ópera “Rigoletto”, con el personaje de Borsa, y más adelante en otra llamada “La revolución de Steve Jobs”. “Recibir clases y recomendaciones de Jason Ferrante, un maestro a nivel en Estados Unidos y que está dando clases en un montón de lugares, es algo que me ayudó muchísimo”, detalló el tenor. “Además, trabajar con Ana de Archuleta es algo a lo que no muchos tienen acceso, porque ella sabe cómo y con quién debemos relacionarnos y a qué nivel debemos estar cantando para poder conseguir las oportunidades, que es el trabajo realmente en la ópera”.

En los próximos meses, el Olga Iglesias Project llevará su taller “Recital Educativo” a comunidades como la del Residencial Luis Llorens Torres, así como a varias de las escuelas libre de música en la isla, incluyendo la de Caguas, la de San Juan y la de Humacao.

Cómo surge la fundación

Cheney Guzmán nació en Puerto Rico, pero cuando era muy pequeño se mudó con su familia al sur de Florida. Mientras crecía, pasaba tiempo en casa de su abuela, Olga Iglesias, quien también se mudó a Estados Unidos, una vez se retiró como profesora del Conservatorio de Música. A pesar de que tenía mucho contacto con su abuela, Cheney Guzmán, al igual que buena parte de su familia, desconocía que Iglesias tenía guardados sobre 3,000 objetos relacionados con el periodo en el que se convirtió en una de las cantantes favoritas del maestro Pablo Casals.

Por esta razón, en el momento de su fallecimiento, no solo fue una sorpresa para todos encontrar toda esta memorabilia, sino que se dieron cuenta de que tenían que dar a conocer el legado de Iglesias. “Yo sabía de su carrera, y conocía a Pablo Casals y a doña Marta Casals, con quien todavía tengo contacto y a quien considero casi como una tía abuela mía”, explicó el director ejecutivo de la fundación. “Cuando falleció mi abuela, doña Marta me dijo que teníamos que hacer algo sobre ella. Esas palabras sembraron una semilla en mí y entendí que podría llevar un mensaje poderoso al país y perpetuar el legado de mi abuela”.

Quién fue Olga Iglesias

Conocida como la soprano que más cantó en la obra maestra de Pablo Casals, “El Pessebre”, y también intérprete de sus canciones de arte, Olga Iglesias nació el 22 de marzo de 1929, en San Juan, Puerto Rico. Fue la menor de ocho hijos de Rafael Iglesias Normandín y María Victoria Antoni Rodríguez. Fue expuesta a la música a través de sus hermanos mayores que tocaban el piano y el violín. Demostrando talento para el canto a temprana edad, a los 14 años comenzó a estudiar con el reconocido tenor puertorriqueño Antonio Paoli, mientras aún asistía a Central High School en Santurce, Puerto Rico. El 4 de mayo de 1947, Olga Iglesias hizo su debut público en La Fortaleza durante la primera edición anual de “La Semana de la Música”.

Después de completar estudios musicales en Filadelfia y Nueva York, gracias a una beca que le otorgó el gobierno de Puerto Rico, Iglesias regresó a la isla para comenzar su carrera musical con seriedad. A partir de 1960, Pablo Casals comenzó a llevar su oratorio de paz, “El Pessebre”, por todo el mundo como director. Además de cantar, Iglesias perteneció a la primera clase de 1964 del Conservatorio de Música de Puerto Rico y, luego de completar sus estudios de posgrado en dicha institución, pasó al rol de profesora y finalmente jefa del Departamento de Canto, a mediados de la década de 1970. Esta soprano falleció el 26 de mayo de 2013, en Hollywood, Florida.

As originally reported by: El Nuevo Día